La celebración de las elecciones de octubre en Argentina dieron a Alberto Fernández como Presidente electo, cuyo suceso desencadenó una serie de señales hostiles a nivel político desde el gobierno de Brasil. El Presidente Jair Bolsonaro declaró que los argentinos “eligieron mal” y estimó la posibilidad que el Mercosur sancione a Argentina como sucedió con Paraguay en 2012. Además, definió que no viajará al traspaso de mando en el que Fernández asumirá la Presidencia el 10 de diciembre. En lo comercial, publicó un polémico twit que luego borró en el cual aseguraba que tres multinacionales dejarían Argentina para radicarse en su país, y la eliminación de aranceles para la importación de 750.000 toneladas de trigo, producto del cual Argentina es el principal proveedor en Brasil.
Como contracara, el Presidente electo argentino aboga por la liberación del expresidente de Brasil Lula da Silva, hoy en prisión tras la destitución de Dilma Rousseff en 2016 y cerca de la liberación tras un fallo favorable de la Corte Suprema brasileña, el cual le permitiría recuperar la libertad hasta que se agoten las instancias de apelación. Además, Fernández se muestra alineado con las cabezas de Estado de Venezuela y Bolivia, Nicolás Maduro y Evo Morales, como así también con los ex presidentes de Ecuador y Uruguay, Rafael Correa y José Mujica. Tras su reciente visita a México, la primera en calidad de presidente electo, reforzó el discurso sobre el resurgir del progresismo en América Latina, poniendo el foco en el protagonismo de los regionalismos a la hora de enfrentar la globalización, mencionando como ejemplo de ello a la Unión Europea.
Ante este panorama de coyuntura, cabe preguntarse cuál es la relación comercial entre las dos mayores economías de Latinoamérica que subyace a la discusión política. Desde Polis XXI desarrollamos una infografía con el detalle de la relación comercial entre Argentina y Brasil.
¿Qué tan importantes son en lo comercial el uno para el otro? Mucho. Para Argentina, Brasil es su principal socio comercial. No solamente es el principal destino de exportaciones, sino también el principal origen de importaciones. Desde el lado de Brasil, Argentina es su mayor socio comercial en la región y el cuarto a nivel global.
La pormenorización de la relación indica que Brasil exporta hacia Argentina, en proporción, mayor cantidad de productos con valor agregado, mientras que importa desde Argentina una cantidad de bienes básicos tres veces mayor que los que exporta: 21,5% contra 6,5%. La decisión del Gobierno brasileño de liberar aranceles para 750.000 toneladas de trigo provenientes de Estados Unidos tiene un impacto directo en Argentina, cuyas exportaciones a Brasil se componen en un 12% por ese producto.
Una relación comercial tan grande implica que la crisis argentina se sienta en Brasil. El “efecto Argentina” afectó la producción automotriz brasileña en 175 mil unidades este año. En el mismo sentido, la industria del calzado sufrió una caída de ingresos interanuales de un 32,8% en lo que va de 2019 debido a la baja del consumo en el mercado argentino, el segundo mayor mercado para el sector detrás de Estados Unidos.
Ante semejante enclave comercial, lo lógico es que las acciones a nivel político desde ambas partes tienda a conservar el status quo. Lo estratégico del intercambio económico para ambos actores deberia poner paños fríos sobre los planteos discursivos. Con estas cartas sobre la mesa, las formas de radicalización política encontrarán un fuerte contrapeso en los intereses comerciales.
Aún en este último sentido, el Presidente electo de Argentina hace hincapié en la necesidad de fortalecer los bloques regionales: “México y Argentina deben hacer un eje de norte a sur, no para molestar a nadie, sino para dar al continente la igualdad que no tiene, y garantizar la democracia para sacar a la gente de la pobreza” (@alferdez). Desde México le pidieron a Alberto Fernández que considere la liberalización del comercio para el sector automotor, suspendido desde 2012. Dada la matriz comercial actual entre Argentina y Brasil, en la cual el sector automotriz tiene mayor incidencia que cualquier otro sector, un viraje hacia la comercialización con México por parte de Argentina podría tener un potencial muy dañino para el vínculo Brasil-Argentina y para el Mercosur en general.
Dejanos tu comentario y contanos qué evolución en la relación te parece que puede esperarse en los próximos años.
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